Durante una presentación en Las Vegas, se le olvidó la letra de una de sus canciones más famosas, "Everybody Loves Somebody". En lugar de quedarse paralizado o de intentar improvisar una letra nueva, Dean Martin decidió seguir cantando, pero en su lugar comenzó a hacer bromas y a hablar con el público.
Podría imaginar que Dean Martin comenzó a bromear sobre su mala memoria, y a contar historias divertidas para hacer reír al público mientras intentaba recordar la letra de la canción. Finalmente, después de unos minutos, la letra volvió a su mente y Martin pudo continuar cantando como si nada hubiera pasado.
Esta anécdota muestra la gran capacidad de improvisación y el sentido del humor de Dean Martin, así como su habilidad para salir airoso de situaciones difíciles en el escenario. Además, demuestra que, a pesar de su gran fama y éxito, Martin era una persona sencilla y humana que sabía reírse de sí mismo y hacer reír a su audiencia.
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